Los pacientes con síndrome cruzado superior (UCS, por sus siglas en inglés) a menudo muestran defectos posturales, como la postura de la cabeza hacia adelante, hombros hacia adelante o redondeados, y cifosis torácica. Estas posturas son cada vez más comunes a medida que el uso de computadoras y dispositivos asume una parte aún mayor en nuestras vidas y puede provocar debilidad en los músculos de la parte media de la espalda y de la parte delantera del cuello, junto con tensión en los músculos del pecho y de la parte trasera del cuello. Mirando el cuerpo lateralmente, si conectas los grupos de los músculos tensos con una línea e hicieras lo mismo con los músculos débiles, formarían una cruz o una X.
Una encuesta del 2019 realizada por Common Sense Media reveló que el 20% de los niños de ocho años tienen un teléfono celular. A la edad de once años, más de la mitad de los niños tienen un teléfono, y para sus años de escuela secundaria, el 84% posee un teléfono. A medida que envejecen, los niños pasan más y más tiempo en sus teléfonos, marcando cinco horas al día como preadolescentes e incrementando su uso a más de siete horas al día posteriormente en la adolescencia. Un estudio del 2023 que incluyó a 45 adolescentes encontró que 17 presentaban el síndrome cruzado superior, casi la mitad tenía la cabeza hacia adelante, y cuatro de cada cinco tenían los hombros redondeados.
Los adultos que pasan su jornada laboral frente a la pantalla de un computador y en las tardes viendo televisión o usando dispositivos electrónicos como tabletas y teléfonos inteligentes tienen aún mayor probabilidad de tener el síndrome cruzado superior y los problemas musculoesqueléticos que pueden acompañarlo. En otro estudio del 2023 que incluyó a 99 trabajadores de oficina con dolor de cuello y hombros, los investigadores observaron que el 100% tenía hombros redondeados, el 43,4% tenía la postura de la cabeza hacia adelante, y el 54,3% tenía hipercifosis torácica con tensión muscular en el pectoral menor (100%), músculo elevador de la escápula (93,0%) y trapecio superior (98,3%)—todos característicos del síndrome cruzado superior. Un estudio del 2014 encontró que aproximadamente la mitad de los trabajadores de oficina tienen dolor de cuello y hombros en un momento dado y casi un tercio informa dolor persistente de cuello y hombros.
La buena noticia es que el síndrome cruzado superior se puede abordar con una combinación de atención quiropráctica, ejercicios/terapias en el hogar, y modificaciones en el estilo de vida/trabajo. Su médico quiropráctico puede emplear una variedad de terapias manuales para restaurar el movimiento normal de las articulaciones del cuello, de la parte superior de la espalda y de los hombros. Entre visitas, se le puede pedir que realice ejercicios para ayudar a recuperar una buena postura, lo que puede incluir el fortalecimiento de los músculos debilitados, como los flexores profundos del cuello. Como estarán más familiarizados con su situación particular, su médico quiropráctico podrá ofrecerle consejos más específicos con el objetivo de reducir su dolor/discapacidad actual y disminuir las posibilidades de un episodio futuro.