El enfoque que un médico quiropráctico adoptará para manejar el dolor lumbar diferirá dependiendo de si la lesión es nueva (aguda), reciente (subaguda), o ha persistido durante tres meses o más (crónica). Aunque algunas herramientas de manejo se superponen entre cada grupo, cada etapa de la lesión incluye desafíos únicos que requieren intervenciones específicas.
DOLOR LUMBAR AGUDO: En esta etapa, es importante tratar la inflamación y evitar que la lesión se agrave, lo que puede dificultar la recuperación. Las estrategias quiroprácticas para el manejo del dolor incluyen un enfoque de atención multimodal que puede incluir terapias manuales (manipulación espinal, movilización, estiramiento, masaje, y más), herramientas para reducir la inflamación (hielo, agentes tópicos, estimulación eléctrica, láser), técnicas de relajación muscular (punción seca y acupuntura), ejercicio en casa, y recomendaciones nutricionales/dietéticas (dieta antiinflamatoria, cúrcuma, Boswellia, ácidos grasos omega-3, vitamina D3, etc.). Es importante destacar que el paciente debe estar seguro de que puede mejorar.
DOLOR LUMBAR SUBAGUDO: La estrategia de manejo y los objetivos del tratamiento en esta etapa son similares a los de la etapa aguda, pero la intensidad de la atención puede aumentar. El paciente también puede recibir instrucción sobre ejercicios de fortalecimiento muscular específicos para su caso, y debe mantener actividades normales tanto como sea posible para que la condición no se vuelva crónica y más desafiante.
DOLOR LUMBAR CRÓNICO: En la fase crónica, el paciente puede haber cambiado sus patrones de movimiento para evitar el dolor, lo que puede poner los tejidos adyacentes y otras áreas del cuerpo en riesgo de lesión. También pueden dudar en volver a su estilo de vida anterior por temor a empeorar su dolor, haciendo que abandonen un pasatiempo o incluso que cambien de carrera. Esto puede llevar a la depresión y a la ansiedad, que pueden necesitar un manejo conjunto con un proveedor de atención médica aliado. En esta etapa, la clave es restaurar el movimiento normal de las articulaciones, abordar la mecánica defectuosa, fortalecer los músculos que se han atrofiado, y alentar al paciente a reanudar su estilo de vida y sus actividades normales.
Después de la conclusión de la atención, el paciente también puede encontrar que las visitas de rutina a su quiropráctico pueden ayudarlo a reducir el riesgo de un episodio futuro.