Se estima que aproximadamente 1 de cada 6 adultos estadounidenses experimentan dolor de cuello en un lapso de tiempo de tres meses. El dolor de cuello es una de las principales causas de ausentismo laboral, lesiones relacionadas con el trabajo y reducción de la calidad de vida. Si bien algunos factores de riesgo para el dolor de cuello pueden ser inevitables, muchos no lo son.
Una revisión sistemática completada por un equipo de autores del Departamento de Ortopedia de la Universidad de Duke concluyó que el trabajo que requiere posturas sostenidas y/o incómodas era el factor de riesgo físico más importante para el dolor de cuello. Varios estudios recientes han demostrado que tomar descansos frecuentes para reducir el tiempo de estar sentado (especialmente cuando se realizan series cortas de ejercicio) puede mitigar gran parte de este riesgo, al igual que mejorar la postura al sentarse y la ergonomía de la estación de trabajo—especialmente elevando la altura del monitor para que los usuarios no necesiten mirar hacia abajo en una pantalla.
Sin embargo, el equipo de la Universidad de Duke descubrió que los factores de riesgo psicosocial pueden ser tan importantes, si no más, en el desarrollo del dolor de cuello. Estos factores psicosociales incluyen estado de ánimo deprimido, estrés laboral y tensión muscular percibida.
La revisión también analizó los factores que pueden reducir el riesgo para que un primer episodio de dolor de cuello se convierta en dolor de cuello crónico o persistente, e identificó los siguientes factores de protección: apoyo del entorno laboral y social; actividad física de ocio; y una fuerte resistencia (fuerza) de los músculos extensores cervicales.
Estudios anteriores han informado sobre la presencia de factores psicosociales y de debilidad de los músculos del cuello en pacientes que padecen dolor de cuello crónico, especialmente debilidad de los músculos flexores profundos del cuello. Por lo tanto, no sorprende que los mismos dos factores que fueron identificados por el equipo de la Universidad de Duke como factores de riesgo importantes para la PRIMERA aparición del dolor de cuello también prevalezcan en los pacientes con dolor de cuello crónico.
Para el manejo del dolor de cuello, las pautas de tratamiento generalmente recomiendan un enfoque conservador multimodal que incluye terapias manuales (como la movilización y manipulación realizadas por un médico quiropráctico), ejercicios específicos para el cuello, e instrucción sobre opciones dietéticas (especialmente evitar los alimentos que promueven la inflamación), técnicas de relajación/alivio del estrés, y mejora de la calidad del sueño, ya que no solo ayudan en el proceso de curación sino también a reducir el riesgo de recurrencia del dolor de cuello.