El dolor lumbar es una condición MUY común, y las investigaciones muestran que hasta el 50% de la población adulta en los Estados Unidos experimentará dolor lumbar en cualquier período de de tres meses en el transcurso de un año. Peor aún, el dolor lumbar puede persistir durante meses, años e incluso más, reduciendo significativamente la capacidad para trabajar, jugar y disfrutar la vida. Entonces, echemos un vistazo al posible origen del dolor lumbar.
ANATOMÍA: Hay cinco vértebras lumbares ubicadas justo debajo de la última costilla y que se extienden hasta el sacro. La PARTE POSTERIOR de la columna vertebral está formado por grandes "cuerpos vertebrales" en forma de caja, que son fuertes y están hechos para soportar un gran peso. Entre los cuerpos vertebrales hay "discos intervertebrales" que absorben los golpes y tienen una capa exterior resistente que rodea un centro similar a un líquido, lo que le da la capacidad de absorber la presión de carga vertical.
La médula espinal atraviesa el MEDIO de la vértebra a través del canal espinal. Los nervios también salen de la columna en cada nivel espinal.
La PARTE POSTERIOR de la vértebra está hecha para proteger la médula espinal. Hay dos articulaciones deslizantes a cada lado (llamadas articulaciones facetarias) de las vértebras, que nos permiten inclinarnos hacia los lados, hacia atrás, hacia adelante o realizar una combinación de movimientos.
Debajo de la columna lumbar se encuentra el sacro. El sacro está encajado entre las alas ilíacas izquierda y derecha de la pelvis, formando la articulación sacroilíaca (ASI). Durante muchos años, los anatomistas no creyeron que la ASI pudiera moverse y, por lo tanto, este no podría ser un generador de dolor. Investigaciones más recientes han concluido que no solo hay movimiento en la ASI, sino que puede ser el principal generador de dolor hasta en un 30% de los casos de dolor lumbar.
ESTUDIO DE CASOS: Cada una de las estructuras anatómicas anteriores puede ser una causa potencial de dolor lumbar. Los síntomas y signos clínicos presentados por el paciente pueden ayudar a un médico quiropráctico a descubrir qué está pasando. Por ejemplo, cuando un paciente dice: "Mi espalda me mata y el dolor se dispara hacia mi pierna cuando me agacho. Me siento mejor cuando me inclino hacia atrás, el dolor en la pierna desaparece", esto suele ser causado por una hernia de disco que produce el pinzamiento de un nervio en la espalda baja.
En el caso anterior, es importante examinar los nervios que corren por la pierna, ya que el nervio puede dañarse si se ejerce demasiada presión sobre este durante demasiado tiempo. En este caso, su médico le pedirá que camine sobre los dedos de los pies y los talones, verifica tus reflejos en la rodilla y el talón y prueba tu capacidad para sentir sensaciones en la piel. Si alguna de estas pruebas revela pérdida de función, el primer objetivo del tratamiento será eliminar el pinzamiento del nervio para restaurar la sensación y la fuerza de la pierna.
Por otro lado, cuando un paciente se siente mejor inclinándose hacia delante y peor inclinándose hacia atrás, las articulaciones facetarias y/o las ASI pueden ser las responsables.