La dismenorrea, también conocida como dolores menstruales, es una afección ginecológica común que afecta hasta al 70% de las mujeres que menstrúan. Aproximadamente el 15% de las personas con la afección informan que interfiere significativamente con sus actividades de la vida diaria (AVD) y, en algunos casos, da como resultado el ausentismo en la escuela y/o el trabajo. Los estudios han encontrado que la dismenorrea está relacionada con la menarquia temprana (el inicio de la menstruación), la nuliparidad (no haber dado a luz) y el estrés. Pero, ¿Es posible que haya un componente anatómico en la afección?
La columna lumbar, o espalda baja, consta de cinco vértebras que descansan en la parte superior del hueso sacro o rabadilla, que están encajada entre las "alas" de la pelvis (ilion) que forman las articulaciones sacroilíacas (ASI). Esta estrecha relación anatómica con los órganos pélvicos sugiere que la disfunción musculoesquelética puede desempeñar algún papel en la dismenorrea. Pero, ¿Es esta una relación realmente importante y, de ser así, puede la manipulación espinal en la zona lumbar y la pelvis/ASI ayudar a reducir el dolor asociado con la dismenorrea?
Un estudio analizó la relación entre la alineación pélvica y la dismenorrea en 102 mujeres divididas en dos grupos de personas, con y sin la afección. Los investigadores observaron que había diferencias en la alineación pélvica entre las integrantes de ambos grupos.
Otro grupo estudió la alineación lumbo-pélvica y el grosor de los músculos abdominales en 28 mujeres con dismenorrea primaria y 22 mujeres sin la afección, y hallaron una mayor desalineación y músculos abdominales de menor diámetro en el grupo con dismenorrea.
Para determinar si hay un cambio en la percepción del dolor en mujeres con dismenorrea primaria después de la manipulación pélvica, realizaron un ensayo controlado aleatorio de 40 mujeres (20 en dos grupos diferentes) un grupo recibió "manipulación pélvica global" (MPG) mientras que el otro grupo recibió una simulación o intervención placebo. Las participantes del grupo de tratamiento con MPG informaron mejoras significativas en el dolor general y la sensibilidad en comparación con el grupo de tratamiento simulado, lo que respalda a la manipulación como una herramienta eficaz en el tratamiento de la dismenorrea.
Aunque se requieran más investigaciones, este estudio muestra que existe apoyo científico para el uso de ajustes espinales en mujeres que padecen dismenorrea. Por lo tanto, la quiropráctica puede ofrecer un remedio eficaz, seguro y, a menudo, rápido para quienes eligen no arriesgarse a sufrir los efectos secundarios de varios medicamentos usados comúnmente para tratar la dismenorrea.