El dolor lumbar no-específico, es uno de los problemas de salud más comunes y costosos que afectan a la sociedad, y también es la principal causa de limitación de la actividad física y ausencia laboral en todo el mundo.
Seguido de un curso de tratamientos para reducir el dolor y mejorar la función de los pacientes con molestias musculoesqueléticas, como el dolor de espalda, los médicos quiroprácticos suelen hacer recomendaciones para reducir el riesgo de un episodio futuro (o al menos minimizar su gravedad si se produce uno). Estas recomendaciones pueden incluir la adopción de una rutina de ejercicios, modificaciones dietéticas, ejercicios específicos, aparatos ortopédicos para los pies, y/o ajustes quiroprácticos rutinarios de "mantenimiento", una vez al mes o cada seis semanas.
Aunque se necesitan más investigaciones para comprender con más claridad y precisión cómo funcionan los cuidados preventivos para reducir el riesgo de futuros episodios de dolor de espalda, los investigadores actualmente plantean la hipótesis de que dichos tratamientos pueden mejorar cualquier disfunción biomecánica o neuromuscular antes de que se vuelva sintomática.
Los estudios publicados tanto en 2004 como en 2011 señalan que los pacientes con dolor lumbar crónico que recibieron atención preventiva durante nueve meses reportaron menos dolor y discapacidad que los participantes que no recibieron atención continua.
En un estudio de 2018 que incluyó a 328 pacientes con dolor lumbar no-específico, los investigadores encontraron que aquellos que recibieron atención preventiva continua después de su tratamiento inicial, experimentaron 12,8 días menos con dolor lumbar durante el año siguiente. En comparación con los pacientes a los que se les recomendó que regresaran para recibir atención adicional según fuera necesario, los participantes del grupo de atención preventiva solo realizaron un promedio de 1,7 visitas adicionales al quiropráctico durante el estudio.
Los autores de este estudio concluyeron: "Para pacientes específicos que padecen de dolor lumbar no-específico recurrente o persistente y que responden bien a un curso inicial de atención quiropráctica, el tratamiento preventivo debe considerarse una opción para la prevención terciaria".